CRÓNICA SILVANIA

Etapa 2: De Silvania Subia Rosas

19 pedalistas tomaron la partida para esta segunda etapa en la que arremeteríamos el Alto de Rosas por sus dos vertientes.  Al ser una salida por la mal llamada “Autopista Sur”, pues de autopista no tiene sino el nombre, el grupo rodó en desorden por el caos vehicular de esta vía y solo hasta adelante de Soacha pudo finalmente agruparse y tomar forma, un par de kilómetros antes del primer punto de fuga de la jornada.
Los de las categorías superiores arrancaron con paso fuerte apenas cruzamos el viaducto, desgranando el grupo en fracciones que luchaban a la par de sus fuerzas por vencer este puerto de tercera categoría. En la vanguardia Sander y los tigrillos movían los fierros sin piedad, mientras que en la retaguardia los de la C y D trataban de no gastar demasiado y si ahorrar un poco para el trayecto de vuelta. Leonardo prefirió andar con estos últimos, aplicando una estrategia que para nada le beneficiaba con miras a las clasificaciones en disputa.

En la cima Sander se impuso sin mayor trabajo seguido por David, Tatán, José, Javier, Eduardo, Rubén, Jorge, Néstor, Luigi, Ruffo, Pablo, Antonio, Hebert, Sergio, Leonardo y Fernando. Un poco más atrás llegaron Paolo que había pinchado y Gabriel que tuvo problemas con una de sus ruedas.
La contrameta se encontraba en Silvania y hasta allá descendieron 12 de estos pedalistas, mientras que los otros 7 no se atrevieron a hacer el recorrido completo de ascenso y solo bajaron hasta la población de Subia, unos 5 kilómetros abajo del parador “La Vaca que Ríe”. Se hicieron sendos refrigerios en cada campamento y cada quien planeó su estrategia de acuerdo a las fuerzas que le acompañaban una vez recargaron sus organismos.  Muy probablemente los dos grupos partieron al mismo tiempo, por lo que los que estaban a más altura tendrían una considerable ventaja de 10 kilómetros (los más duros del recorrido) para llegar a buen término a la cima por delante de sus felinos compañeros.
El grupo de Subia tenía por delante 14.5 km de pedaleo e hizo un pacto de no agresión hasta “La Vaca”, donde cada quien destaparía sus cartas. La tregua se respetó al pie de la letra y el ascenso se hizo en camaradería y sin afán alguno, aprovechando también para hacer la digestión del desayuno que para algunos fue bastante cargado de platos. Al llegar al sitio de la famosa rumiante alegre, Eduardo, que era el más fuerte de todos, apretó las tuercas y se perdió entre las curvas. Sergio, Antonio y Paolo se fueron a la rueda de Hebert, mientras que Gabriel perdía unos metros y Fernando se la tomaba más suave. Viendo que sus colegas se iban alejando poco a poco y que la cuesta no era tan empinada, este último se pellizcó y parado en pedales alcanzó y pasó a Gabriel para conectar con el cuarteto de punta un minuto más tarde.
Por su parte en el grupo de Silvania, Jorge Eliécer y Néstor tomaban la partida de primero por ser los únicos de la C, mientras que 8 minutos más tarde lo hacían los tigrillos de la B: José, Ruffo, Javier, Luigi, Pablo, David, Rubén y Tatán. Lo propio harían los tigres de la A: Sander y Leonardo, otros 7 minutos después que sus congéneres.
A falta de unos 4 kilómetros, Fernando pasó a relevar a Hebert, con Paolo muy juicioso a su lado. El quinteto estuvo compacto un par de kilómetros más, manteniendo un ritmo constante, pues la carretera era bastante amplia y pedaleable; sin embargo Hebert pagó caro el trabajo que hizo casi la mitad del puerto y perdió la rueda de sus compañeros. Los cuatro restantes siguieron en la batalla incansable hasta llegar al último kilómetro, cuando Paolo lanzó un ataque algo tempranero quizá, solo respondido por Fernando, quien al ver que Antonio y Sergio se quedaban sin fuerzas, se fue en busca del fantasma.  La escaramuza duró poco y Paolo se rindió faltando unos 200 metros, por lo que Fernando se vio beneficiado de la situación, más sin embargo no se percató que desde atrás Antonio había destapado el tanque de reserva y con todo lo que tenía lo remató en los últimos 50 metros, dejándolo en tercera posición del grupo Subia, pues ya Eduardo había coronado hacía unos 6 minutos. Paolo llegó de cuarto y Sergio entró quinto, mientras que Gabriel ya les venía pisando los talones en la sexta posición, superando a Hebert que coronó un par de minutos más tarde. 
A excepción de José, todos los tigrillos de la B del grupo Silvania arrancaron sin piedad, ya que Pablo sacudió a sus compañeros imponiendo un paso fuerte desde el comienzo de la subida. Pero como más sabe el diablo por viejo que por diablo, José fue recuperando posiciones paulatinamente en la medida en que sus colegas cedían terreno por no haber medido las fuerzas. Primero fue Ruffo y Rubén, antes de Subia y un poco más adelante les tocó el turno a Pablo y Javier, con quienes formó un trío pasajero que dio alcancé a Jorge y a David más adelante. A esas alturas ya los tigres de la A estaban sueltos y no demoraron también en quitarse de encima los minutos de la ventaja. Precisamente Sander que iba de primero, logró sobrepasar a la gran mayoría de ellos antes de la mitad del ascenso y motivó a que más de uno, como Luigi y Tatán, se animaran a seguirle la rueda aunque fuera por poco tiempo. Leonardo por su parte, que venía de menos a más, también recuperó bastantes posiciones en su escalada pero desafortunadamente cuando solo le quedaba por alcanzar a José, Luigi, Néstor y Tatán; sufrió un pinchazo que lo dejó por fuera de las posibilidades de hacer podio.
Arriba las cosas hoy iban a ser diferentes y por primera vez los débiles esperarían a los fuertes en la raya de sentencia. Unos 15 minutos después de que llegó Hebert, apareció Sander rematando con paso endemoniado el Alto de Rosas. Néstor fue el segundo en llegar y su gran actuación por encima de los tigrillos le valió el pase de cortesía para ascender a la categoría B.
En el tercer puesto arribó Luigi todavía conservando algo del impulso que le dejó el ganador de la fracción. A José le funcionó su estrategia conservadora y logró quedarse con la cuarta posición luego de recuperar 7 posiciones en la subida. Tatán llegó un poco después en el quinto lugar seguido por Javier, Leonardo, Jorge Eliécer y Pablo, que la vio dura luego de su impetuoso arranque. Ruffo, que se estrenaba en la B, tuvo un buen comienzo y entró de décimo por encima de David, quien ya venía con el motor echando humo y que por poco pierde la casilla con Rubén, el cual arribó unos segundos después con mejor semblante.
Al final de la jornada, Sander se afianzó al tope de la General con Néstor y José completando el podio. También se enfundó la de la Montaña con los mismos escoltas.

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