Etapa 8: Increíble pero Cierto
Si a mí me lo hubieran contado no lo creería, es la verdad. En febrero de 2012 cuando hicimos la primera salida con apenas tres pedalistas, hablamos con José de conformar un grupo de máximo unos 30 integrantes, tarea que si bien no era fácil, calculamos que nos llevaría unos 5 años como mínimo. En ese entonces más que un sueño era una utopía y las estadísticas siguientes así lo corroborarían:
En 44 salidas oficiales el promedio de asistentes apenas se había incrementado a 8, sin contar el record de 16 en junio de ese mismo año. Para 2013 el grupo se mantuvo pero el promedio bajó a 7 en 41 salidas, con una máxima de 15 a principios de octubre. Las expectativas no eran favorables pero la esperanza se mantenía intacta.
Llegó el 2014 y con él un repunte en las apuestas. Con menos salidas oficiales y todos los puentes libres para descansar, el grupo tomó un nuevo aire, disparando el promedio a 17 pedalistas en 34 etapas y un record de asistencia de 27 compañeros en una Vuelta a la Sabana.
Hace dos etapas volvimos a igualar esa cifra y en la pasada crónica les contábamos que llegamos a las 28 unidades en la última jornada. Hoy tengo el gusto de contarles que en la etapa 7 del Clásico BSR Finalización correspondiente a la salida 143 del acumulado desde su fundación, no solo cumplimos la meta sino que la excedimos para beneplácito de toda la familia de Bogotá Sobre Ruedas: 37 pedalistas nos dimos cita en este importante día de júbilo que sin duda marcará un hito en la historia de nuestro querido grupo.
Muchas, pero muchísimas gracias de todo corazón, a todos y cada uno de los integrantes que hicieron parte de este logro colectivo luchado con mucho esfuerzo y tesón. La verdad sea dicha: sin ustedes esto no hubiera sido posible. Somos el testimonio vivo de que cuando uno se propone hacer algo, solo necesita unos buenos amigos para lograrlo. Nosotros lo hicimos con 136 camaradas que no teníamos nada en común: no éramos vecinos, no trabajábamos en la misma empresa, no teníamos la misma edad, nunca nos habíamos visto ni escuchado, pero hablábamos el mismo idioma, el lenguaje del ciclismo.
Se cumple así con un objetivo trazado y con ello, lamentablemente para algunos, se cierra este primer ciclo de este proyecto que bien podríamos llamar de Reclutamiento No Forzoso. Ahora que ya estamos completos, por decirlo de alguna manera, nos enfocaremos en organizar la casa y arreglar pequeños detalles técnicos para hacer más funcionales y eficaces nuestras salidas domingueras con miras a ir mejorando cada día más en la carretera, rodando en perfecta armonía y comunión.
Como sabemos que las cosas van cambiando y transformándose a medida que pasa el tiempo, no nos cerramos a la posibilidad de recibir nuevos integrantes a través de ésta página o de recomendaciones de integrantes antiguos que estén activos en el grupo, aunque eso sí, seremos más rigurosos y exigentes con los requisitos indispensables para el ingreso, sobre todo en lo que tiene que ver con la parte de estado físico del aspirante. En este sentido seguiremos recibiendo sus solicitudes y luego de seleccionar los que cumplan con los requerimientos, serán tenidos en cuenta en orden cronológico para formar parte de nuestra familia en la medida que hayan cupos disponibles.
De nuevo infinitas gracias mis valientes guerreros de la carretera
Keep on cycling!
A lo que vinimos
Todo estaba planeado aquella mañana del 27 de septiembre. Los días previos hacían presagiar una calurosa jornada, sin embargo los escogidos estaban preparados para enfrentar las más dramáticas condiciones climáticas. El primer contingente se fue agrupando en el sector de La Sevillana y las 0730 partió rumbo sur en misión clasificada. A lo largo de la Autopista Sur se fueron incorporando camaradas de diferentes batallones. Finalmente en el cruce hacia Sibaté donde se ubicaba el campamento base, el comando BSR de tropas de asalto fue completado por 37 unidades dispuestas a dejar el pellejo en su intento de doblegar la “vía dolorosa” del ascenso al temible, al innombrable, al capo de capos, el Romeral.
Luego de los saludos de rigor, la caballería montada enfiló sus fierros rodantes hacia Crazy Town, nombre clave de Sibaté para esta operación. La travesía fue corta en parte a la vanguardia que se abría camino como punta de lanza en esta primera parte del recorrido.
Los guerreros pasaron de largo frente a la entrada de su enemigo como estrategia de despiste, sin embargo más de uno miraba de soslayo la rampa que se levantaba a escasos metros de sus humanidades y a la que se entregarían en contados minutos.
Ya un poco más relajados por tener un poco más de tiempo en tierras no hostiles, se dispusieron a calentar sus piernas y afinar sus máquinas en los 8 kilómetros de San Michael Highs (Alto de San Miguel), donde los guerreros de la élite no dudaron en ensayar las estocadas que tenían preparadas para más adelante y demostrarse con sus colegas y con ellos mismos, de qué están hechos los BSR. Otros en cambio se tomaron más suave esta escaramuza y prefirieron mantener la calma (o eso reflejaban por fuera) y así alargar un poco el encuentro con el trago amargo que les esperaba.
Media vuelta, mar!!! Se escuchó apenas hubo llegado el último de los infantes a la poco prominente cima. El grueso de la tropa se lanzó cuesta abajo en pequeños grupos para no despertar sospecha del ataque sorpresa. Al llegar a las fauces de su destino y recibir las últimas instrucciones, los primeros combatientes fueron lanzados de lleno contra la montaña sin apenas dejarlos que dijeran sus últimas súplicas tardías.
Las compañías C y D en número de 22 unidades, irrumpieron abruptamente en la empinada cuesta de bienvenida, todos ellos gracias a Dios sin ningún rasguño que lamentar, aunque estos primeros 3 kilómetros se encargarían de dispersarlos a lo largo de la carretera y cada quién subiría, o trataría de hacerlo, por su cuenta y riesgo.
Cuatro minutos después se desplegaron las fuerzas élites combinadas de las compañías A y B, conformados por los guerreros más avezados en estas lides, muchos de ellos ya conocedores del campo de batalla al que se enfrentaban.
No tardaron estos últimos en conectar con sus compañeros de avanzada, a quienes sea dicha la verdad, no les había rendido mucho en su misión. Jeferson, Sander, Marco Tulio (novato), Leonardo, Jhonatan y Néstor; comandaron estas primeras rampas y se pusieron en el frente, donde todavía esperaba lo más duro del desembarco.
Siguiendo los pasos de sus colegas Ever, Jorge, José, Ruffo, Javier, Luigi, David, Tatán, Rubén y Michael; hacían todo lo posible por no perderlos de vista y dejarlos desamparados en la fase decisiva del puerto.
A excepción de Idemeyer que había avanzado más que sus compañeros y al contrario de lo que dicen las Sagradas Escrituras, los primeros pasaron a ser los últimos: Gabriel, Rodrigo, Darío, Roque, Fabio, Héctor Benitez (novato), Luis Fernando (novato), Oscar Pardo (novato) Manuel, Hebert, Carlos, Edgar, Héctor Contreras (novato), Fernando, Omar (novato), Franky, Yang, Edwin (novato) y William (novato); todos estos haciendo su mejor esfuerzo para no sucumbir ante tan traicionera montaña.



En el 33 Darío seguido por Roque y Fabio, otro de los reinsertados que hizo buen trabajo. En el 36 Héctor Benitez y cerrando Luis Fernando, quien llegó hasta la Escuela y se acordó que alguien tenía que avisar en Crazy Town que la victoria era de Bogotá Sobre Ruedas.
Es todo compañeros, nos vemos la próxima.
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