CRÓNICA DE LA AGUADITA

El Regreso de La Aguadita
Luego de un mes de receso a causa de dos puentes festivos y el Día de la Madre, el grueso del lote de Bogotá Sobre Ruedas volvió a reunirse el pasado 24 de Mayo de 2015 para disputar la Etapa 12 del Clásico BSR Apertura. Las vacaciones obligadas sirvieron para que unos renovaran las fuerzas y otros ganaran “matripuntos” para poder escaparse otra vez en las mañanas del domingo. Temprano la gran mayoría de participantes salimos de La Sevillana con rumbo sur y al paso por el cruce hacia Sibaté ya completábamos un total de 21 pedalistas, amén de otros colegas del equipo Linotipia Martínez que se unieron a la caravana ciclística. Tres nuevos compañeros, Javier Mosquera, Diego Sicachá y Diego Armando; debutaron con el BSR y pasaron a engrosar la lista de convocados para nuestras salidas.

Doblamos hacia la izquierda y ya con el grupo compacto, mantuvimos un ritmo moderado hasta llegar al pueblo. Seguimos de largo y avistamos el primer punto de fuga, el túnel, desde donde haríamos ocho kilómetros de un ascenso bastante suave hasta el Premio de Montaña de Cuarta Categoría ubicado en San Miguel. Los cambios se sentían casi imperceptiblemente a medida que avanzábamos y los felinos no dudaron en ponerle sazón al tendido puerto, por lo que poco a poco el lote se fue estirando y desgranando y solo los favoritos quedaron en punta para disputar el podio. Sobra decir que quedé rezagado en los primeros metros, esta vez en compañía de Gabriel, con el que hicimos un ascenso suave para no invertir demasiado a futuro.

El remate lo ganó Sander, escoltado de cerca por Leonardo y Luigi. Detrás llegó Giovanny, Héctor, Javier, José, David, Rubén y Edgar. En la casilla once Castañeda y luego Miguel Angel, Sergio, Sicachá, Ruffo, Julián, Paolo y Gabriel, que se me fue en la última recta con el pretexto de que tenía una necesidad inaplazable y me dejó hablando solo. También tuvimos el regreso de Andrés quien está otra vez dándole al pedal y venía a defender su localía en esta zona. A él y a Diego Armando les ofrezco una disculpa, pues debido a que no habían confirmado su asistencia con anticipación, no aparecen en las clasificaciones de llegada, que es donde me baso para hacer el recuento de la jornada, pero por lo menos queda la seguridad que llegaron antes que yo.

Nos descolgamos por la otra vertiente en la vía que conduce a Fusagasugá. Serían 13 kilómetros largos por una carretera en aceptable estado, con algunos baches, no tantos como hace unos tres años, la última vez que el BSR estuvo por estos parajes. En el descenso dos pinchazos por parte de Andrés y Miguel Angel, pero que fueron atendidos velozmente en el primer caso por el mismo afectado y un poco más lento por unos siete compañeros en el segundo. Diez minutos más tarde el grupo completo otra vez ya había desembarcado en La Aguadita y se encontraba en reaprovisionamiento general, nos esperaba de nuevo el Alto de San Miguel, pero por su vertiente más dura y despiadada.

La salida se haría por categorías con una ventaja de cuatro minutos entre cada una de ellas. Empezamos subiendo: Gabriel, Edgar, Andrés, Diego Armando, Sergio y yo; con paso firme aunque no muy rendidor, pero confiados en mantenerlo hasta la cima. Estuvimos juntos los primeros dos kilómetros calculo yo, cuando Andrés se fue alejando seguido por Sergio. Este último sin embargo, prefirió soltar su rueda y se quedó mejor con el paso que llevábamos nosotros. Los primeros cazadores en aparecer fueron los de la C, en cabeza de Miguel Angel, seguido de cerca por Ruffo y más atrás Castañeda. Luego aparecerían Sicachá, que a paso más lento, también nos sobrepasaría y Héctor, que se quedó con nosotros algún tiempo, quejándose de una caída que había sufrido al inicio del ascenso, pero que gracias a Dios no había tenido consecuencias graves. Llegaron los felinos menores en cabeza de Luigi y David; seguidos por sus congéneres Rubén, José, Javier y Giovanny. Tras un breve receso en los zarpazos y en donde por un lado se nos fue Héctor y por el otro se quedaba Gabriel; arribaron los mototigres Sander y Leonardo con paso demoledor y arrasando con todo lo que se les cruzaba por delante.

Los duelos estaban servidos en cada categoría y ahora cada quien luchaba con su mejor estrategia. En la sección D, por ejemplo, se nos escapaba Edgar y nos dejaba en modo de trío. Con mi compañero incansable Sergio y Diego Armando a las espaldas, nos fuimos acercando a la parte decisiva del puerto. Pero todavía nos faltaba un susto, y al salir de una curva de herradura, vimos como el fantasma Paolo hacía su aparición y posterior desaparición, dejándonos apenas el espectro de su imagen mientras se alejaba sigilosamente. Al mirar hacia el lado que acabábamos de dejar, advertimos la presencia de Julián que se acercaba, solo era cuestión de tiempo. En la misma medida en que el fantasma se esfumaba, otro ciclista a lo lejos empezaba a dibujarse. Hubo que recorrer bastante terreno hacia arriba antes de percatarnos de que estaba pasando un mal momento. De pronto, bajándose de su bicicleta, renunció a su esfuerzo. Al pasarlo nos dimos cuenta que era Sicachá, el novato, quien minutos antes nos había alcanzado pero que ahora pagaba el duro sacrificio de los primeros kilómetros. -“Ya vamos a llegar”, le dije para animarlo. La respuesta nunca llegó.

Entramos en las últimas curvas del Alto. Diego Armando no podía sostenerse en línea recta y de vez en cuando, cuando el tráfico lo permitía, se iba hasta el otro lado de la calzada zig-zagueando en un intento vano de suavizar el declive. La estrategia no tuvo los frutos esperados y sucumbió en la rampa más dura que teníamos por delante. Solo lo escuchamos cuando buscaba desesperadamente un cambio que ya no existía, era tarde, ya no tenía balas en su fierro. El que si tenía sus reservas, era Sergio, pues apenas salvamos este último obstáculo, apretó el paso para probar mis piernas y no tuvo problema en irse adelante el último kilómetro hasta la meta. El Alto de San Miguel ya estaba consumido y la batalla había culminado, de nuevo estábamos en la cima.

La etapa y su Premio de Montaña de Primera Categoría se lo llevó Leonardo en un cerradísimo duelo con Sander. La verdad sea dicha, hubo reclamos por parte de éste último en el sentido de una jugada antideportiva y peligrosa por cerrarlo al paso del peaje, la cual fue desmentida por el ganador aduciendo a que lo hizo por esquivar un hueco. Como tengo que ser imparcial en esta crónica, dejo en manos de ustedes para que juzguen la responsabilidad de cada uno en este remate y miren atentamente en el siguiente enlace el video editado de la subida al Alto, que muy amablemente grabó nuestro compañero Sander, lógicamente desde la moto 1. En el último minuto pueden ver lo que pasó: Video

Luigi fue el tigrillo ganador en la B y completó el podio, mientras que Ruffo por su parte lo hizo con la C. Javier alcanzó a llegar de quinto apenas por delante de Castañeda, quien no se dejó alcanzar de José. Rubén entró de octavo ganándole la posición a David que desfalleció en los últimos kilómetros y perdió terreno ya ganado con varios de sus congéneres. Miguel Angel arribó de décimo seguido por Giovanny y Andrés. Edgar ganó en la categoría D y llegó por encima de Paolo, Sergio y yo. Sicachá se recuperó y entro 17 un minuto antes de Gabriel, mientras que Julián tuvo problemas estomacales en la última mitad del ascenso que le hicieron pasar un mal momento durante el resto de la subida.

Es todo compañeros, nos vemos la próxima.




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