CRÓNICA DE BOJACA

El Cicloexorcismo
Siendo el abre bocas del año y esperando que la mayoría de participantes estuvieran bajos de forma, resultó bastante movida la primera etapa del Clásico Apertura 2016 corrida el pasado 17 de enero. 26 integrantes se dieron cita en este soleado día de verano que como ya es tradicional en el grupo nos llevaría a la infaltable cita al municipio de Bojacá para pedir a Nuestra Señora de la Salud por el bienestar y protección de todos los pedalistas que diariamente rodamos por las carreteras en todo el orbe. De éstos, tres nuevos compañeros: Marco Tulio Perilla, Hanner Téllez y Martin Valois; todos ellos amigos invitados de otros integrantes del grupo. 

Los inconvenientes no faltaron, el primero de ellos adelante de Siberia, donde el enjambre de ciclistas que salía de la capital se vio envuelto en un monumental trancón pues el peaje se había convertido en un embudo gracias a los nuevos policías acostados que instalaron y que hacen que haya que pasar prácticamente a pie por esta zona. Con el desorden causado por dicha situación, la travesía de acercamiento, paso y reagrupación nos causó unos 15 minutos de retraso.
De nuevo en la vía y ya acercándonos al repecho de la arenera, una voz de alerta nos hizo parar de nuevo. Esta vez se trataba de Paolo, quien se había quedado con un pie pedaleando en falso al soltarse la biela del eje de la bicicleta. El carro acompañante que muy amablemente colocó a disposición nuestro compañero Luis Fernando, se encargó de trasladar al afectado hasta la bicicletería ubicada antes de la glorieta, donde con la herramienta especializada volvieron a poner en orden el engranaje de arrastre, pero sumando otros 15 minutos de retraso en las plan de carrera. 

Tratando de recuperar el tiempo perdido, retomamos la etapa con José al frente del pelotón, quien se encargó de subir las revoluciones por encima de los 30 km/h pese a que nos acercábamos a la pata del Vino y el terreno ya tiende a picar hacia arriba. Doblamos hacia la derecha para hacer el retorno en la glorieta y cruzar el puente que nos llevaría hacia Faca pero de nuevo escuchamos la alarma colectiva y volvimos a estacionarnos. Esta vez era una cadena enredada que lastimosamente volvía a afectar al mismo Paolo. El tercer percance podría pasar como algo coincidencial sino fuera porque literalmente la cadena estaba enroscada de tal manera que nadie fue capaz de descifrar la forma de volverla a poner en su sitio. Finalmente nos vimos en la necesidad de despinarla, desenredarla y volverla a colocar para darnos cuenta que el tensor ya no fungía como tal y que quedábamos en las mismas que antes.

El reloj seguía su eterno andar y algunos compañeros optaron por adelantarse para alcanzar a la misa de nueve, mientras que Sergio se devolvía por compromisos adquiridos y Marco Tulio no entraría al pueblo. Se optó por montar de nuevo la bicicleta al carro acompañante y tratar de desvararse en Faca. Luego de unos 20 minutos más de retraso el resto del grupo finalmente arrancó y un poco desperdigado llegó a Bojacá a la hora que ya se acababa el servicio religioso. Entramos directamente al restaurante pues el hambre física no había podido aplacarse con el hambre ciclística, reagrupándonos nuevamente alrededor de las viandas servidas en la mesa.
Cuentan que por el camino también pinchó Hanner y que solo los últimos se dieron cuenta. También dicen que la llegada se convirtió en un sprint no anunciado. Nadie sabe a ciencia cierta qué pasó con la bicicleta de Paolo, lo cierto fue que ahí estaba sentado a la mesa, desayunando impávido, sin asomos de angustia o pesadumbre. “No era nada, la bicicleta está bien” fue lo único que respondió cuando le preguntamos por el desenlace del daño. 

La mayoría de compañeros se dieron una pasadita por la iglesia a medida que acababan de desayunar. El viaje estaba hecho y no había que perder la ida. Una breve oración invocando la protección y el buen devenir en nuestras salidas individuales y colectivas; la bendición y listo. Aquí lo importante era cumplir con la peregrinación anual de Bogotá Sobre Ruedas.
A pesar de los inconvenientes iniciamos el regreso según el cronograma previsto. Con ritmo perezoso fuimos tomando poco a poco de nuevo el ritmo. Al llegar a la carretera principal despertamos del letargo y apretamos el acelerador poco a poco sin tener problemas para colocar el velocímetro en 35 km/h. Pasamos el peaje y bajamos la guardia para que todos llegaran a la fiesta, se acercaba el primer sprint del año. La timidez de los sprinters solo duró cien metros hasta que el grupo coronó el primer puente. Sander se lanzó en feroz descenso arrastrando tras de sí al grueso de embaladores a un desenlace de etapa por encima de los 40 km/h para después rematar los últimos metros muy seguramente en el quinto piso del velocímetro.

A la postre el ataque tempranero no fue la mejor decisión, pues sus colegas se organizaron para la captura y trabajando en manada dieron con el escapado, alternando líderes a medida que devoraban los kilómetros y buscaban la mejor posición con miras a la meta final. Finalmente al instigador se le acabó la gasolina en los metros decisivos y tuvo que resignarse a ser testigo de cómo seis compañeros pasaban por delante suyo la raya de sentencia. Horacio se impuso en esta primera prueba seguido por Jonathan, René, Leonardo, Jefferson, Jorge y el propio Sander. Detrás de ellos en la casilla octava Giovanny, Carlos, Rubén, Marco Tulio, José, Alvaro, Manuel, Fernando, Hanner, Roque, Luis Fernando, Gabriel, Franky, Idemeyer, Martín y Paolo.
Cabe anotar que a la salida de Bojacá, tuvo lugar un último incidente con nuestro compañero Paolo, esta vez un pinchazo. Idemeyer, que era el único que venía detrás de él, fue su acompañante en este nuevo azar de mala suerte que aquel domingo se apoderó de la bicicleta del fantasma, pero que gracias a Dios y a la visita a Bojacá, logró solventar sano y salvo en su humanidad. De haber ocurrido esto antes de llegar al pueblo muy seguramente entre todos lo hubiéramos llevado al altar para un cicloexorcismo y así erradicar de una vez por todas aquella desdichada racha dominguera.
Nos vemos la próxima

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