CRÓNICA LA REGADERA

El Calvario en La Regadera
 (por Fernando Ahumada)

Luego de la cancelación de la salida del 8 de febrero por motivo de lluvia en la Sabana de Bogotá, el domingo anterior San Pedro se reconcilió con los ciclistas y nos brindó un exquisito día soleado de principio a fin, que fue aprovechado por el BSR para cumplir con la etapa aplazada y que tenía por destino el embalse de La Regadera, donde no es muy frecuente ver brillar al astro rey en todo su esplendor. El número de confirmados no varió mucho para las dos citas y más de uno se las ingenió para sacarle el cuerpo a esta salida, que dicho sea de paso, es una de las más hermosas en cuanto a naturaleza y aire puro se refiere. Finalmente 14 pedalistas fuimos los encargados de hacer parte de este nuevo capítulo, el número 123 de la historia del grupo.
Aunque el recorrido era corto, 62 km de ida y vuelta, la verdad era que la etapa en su conjunto revestía cierto grado de dificultad. Arrancamos del Parque del Tunal por la Avenida Boyacá y cubrimos los primeros 8.5 km del trayecto, todos en un ascenso más bien suave, a excepción de una rampa durita en el sector de La Aurora. Nos encontramos con la Avenida Caracas y doblamos hacia la derecha. Un leve pero empinado descenso, nos recibió para la segunda parte, algo engañosa, pues al terminar éste, se nos vino encima la rampa de bienvenida para llegar a Usme, tan dura que hasta al mismo Leonardo, uno de nuestros escaladores, la comparó con el inicio del Tablazo. No en vano a este tramo se le conoce con el nombre del Calvario. Pese a lo penoso del ascenso, los felinos se portaron juiciosos con los que menos subimos, apegándose al Plan de Carrera trazado y llegando prácticamente todos al tiempo al punto de fuga de la jornada.
Paramos un instante mientras algunos nos quitábamos los impermeables y en vista de la ausencia de integrantes de la Categoría E, arrancamos de primero los de la D: Julián, Sergio, Gabriel y yo. La grilla de partida estaba establecida con intervalos de 3 minutos, por lo que Paolo, el único de la C, sería nuestro inmediato perseguidor. A los 6 minutos de nosotros saldrían los tigrillos de la B: Alvarito, José, Sander, Javier, Luigi, David y Rubén; mientras que los tigres Leonardo y Sander nos darían 9 minutos de ventaja.
Nos esperaban 18 kilómetros de repechos en los cuales ascenderíamos hasta los 3.163 de altitud, o sea un desnivel de 363 metros si contamos con que Usme está ubicado a 2.800 m.s.n.m. El cuarteto inicial no duró mucho tiempo compacto y ya en la primera curva Julián y Sergio nos ponían más de 10 metros de ventaja. Atrás con Gabriel, aguantábamos los primeros duros repechos de este puerto, que serían la constante durante los primeros kilómetros. Tenía un poco más de reserva que mi acompañante, por lo que éste se fue quedando a medida que subíamos. Sin embargo el terreno se puso más benévolo y llegaron algunos descansos que fueron aprovechados por Gabriel para volver a alcanzarme e incluso ponerse al frente de la situación. Un grupo grande de colegas en todoterreno también nos pasaron y detrás de ellos el primer cazador, David, nos superaba con paso endiablado y calculador. Un minuto después sería Cristian el siguiente en aparecer, seguido muy de cerca por Luigi y  José que trataba de no perderle la rueda. El champion Javier pasó más tarde pero ya se había sacudido de Alvarito y Rubén que lo seguían a la distancia. Paolo hizo lo propio un tiempo después y acto seguido apareció la moto de Sander a toda velocidad cuesta arriba, lo que nos dejó prácticamente en la retaguardia a Gabriel y a mí, aunque mi compañero se bajó de su bici más adelante, dizque para grabar un rato, como acostumbra nuestro combatiente de la combinada.
Seguí solo adelante un buen rato y logré pegarme a otros rezagados del grupo de las “totes”. La preocupación ahora se enfocaba en Leonardo, pues Sander ya había pasado hacía más de cinco minutos, una ventaja muy inusual entre tigres de la misma especie. Pensé que seguramente había pinchado y estaba desvarándose, cuando de pronto pasaron dos ciclomontañistas más y un poco atrás venía Leo, llevaba un ritmo moderado y no se le notaba afán ninguno. Pasé por el CIE (Centro de Instrucción y Entrenamiento) donde los soldados que custodiaban la base me recordaron a Cristián quien estuvo por estos lares prestando su servicio a la Patria. El resto del puerto fue de trámite, ya habíamos dejado atrás la parte dura y ahora solo se trataba de columpios más suaves en medio de bosques frondosos a lado y lado de la vía, con una carretera en perfecto estado y ausencia casi total de vehículos. Solo algunos semovientes se veían de vez en cuando y ante la ausencia de perseguidores, sin demeritar a Gabriel claro está, finalmente llegué a la cima sin pena ni gloria, pero eso si bastante cansado y con mucha hambre.
No hubo poder humano para alcanzar a David quien se llevó el Premio de Montaña sobrado por lo que ya se habla de su traspaso a la sección de los tigres. Sander llegó en segundo lugar seguido por Luigi, que solo se pudo sacudir de José en el último kilómetro. A Julián también le fue excelente y la ventaja le alcanzó para llegar de quinto. Su pase ya se lo disputan algunos equipos europeos pero por ahora la Organización lo va a dejar que siga triunfando pero en la Categoría C.  Los ataques tempraneros de Cristian no volvieron a dar resultados y le tocó conformarse con la casilla 6. Sabemos que quería lucirse a su paso por el batallón, pero como dice el dicho: “Nadie es profeta en su tierra”.  El champion no ha tenido un buen inicio de temporada y llegó de séptimo, seguido por Paolo que hizo un buen trabajo ganándole a Alvarito, Leonardo y el viejo Rubén, que se viene recuperando luego de su descalabro en Canicas.
Sergio cedió terreno en la general y se le notó la falta de entrenamiento. Yo llegué de penúltimo y Gabriel cerró el lote. Todavía no ha enviado el famoso video que grabó.
Después del refrigerio en la única tienda que hay por estos parajes, el grupo descendió compacto y deshizo los columpios, esta vez más suaves, pero que siempre siguieron desgastando las cansadas piernas, que a pesar de lo corto de la etapa, tuvieron que soportar un desnivel acumulado de más de 1.000 metros, según la estadística que juiciosamente nos reportó Alvarito. Algo así como subir desde San Francisco hasta El Vino pero de a poquitos. ¿Como la ven?
Eso es todo compañeros, nos vemos la próxima.

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